Canto para no olvidar (poema)

Ahora que se acercan las fiestas (en unos días colgaremos el programa), reproducimos el poema «Canto para no olvidar» que D. Juan Martínez López dedicó al Risco en el 2004.

Canto para no olvidar

Yo lanzo mi voz al viento,

yo pregunto a la estampa,

aquí hay flor y esperanza

entre sus plataneras y cañadas.

Vuelvo a lanzar mi voz al viento,

con sentimiento me inspiro

para que sea canto y suspiro

en el umbral del recuerdo.

Luces de brasas encendidas,

luces de lejanos recuerdos,

luces de historias vivas,

luces que brillan noche y día.

Ni los vientos ni los tiempos

nuestra luz se puede apagar,

la esperanza de un pueblo

que vive en sosiego,

¡SAN NICOLÁS!

(J. Martínez López, Gran Canaria. Historias rescatadas del olvido…, Las Palmas de G. C., 2018, 71)
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Ermita y plaza a finales del XIX (Fuente: colección periódico LaProvincia)

D. Manuel Romero

Hoy día de los difuntos, recordamos también a D. Manuel Romero que fue párroco del Risco durante unos cincuenta años. Datos sacados del libro de D. Simón Pérez Reyes: Sacerdotes de la Diócesis de Canarias (Siglos XVIII – XXI), Las Palmas de Gran Canaria 2012, 390-391.

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Romero Sánchez, Manuel (Ingenio, 1908 – 1995, Las Palmas de G. C.). Recibió el presbiterado en 1935; coadjutor en las parroquia de San Ginés de Arrecife (1935-37); ecónomo de Santo Domingo de Guzmán de Juncalillo (1937-39); ecónomo de San Nicolás de Bari en Las Palmas de G.C. (1939-79); administrador del Seminario de la capital grancanaria (1943-49); jubilado siguió viviendo en el barrio de San Nicolás.

Según expresión del sacerdote Cabrera Vélez, don Manuel era un hombre alto y enjuto como una caña de bambú que llevaba el apelativo de Caña dulce porque regalaba a los niños de catequesis trozos de la popular caña dulce. Pasó más de cuarenta años en el popular Risco de San Nicolás al que llegó en 1939 y aunque al principio recibió incomprensiones, con su tesón y buen hacer se fue ganando a sus habitantes, trabajando de manera especial con los niños y jóvenes hasta crear una parroquia viva y con entusiastas colaboradores y participativa a través de organizaciones apostólicas de la época (Hijas de María, Acción católica).

Se desvivió por dar soluciones a los muchos problemas sociales del barrio y todavía se recuerda el solar que ofreció la parroquia para la construcción de viviendas sociales, que se llamaban popularmente las Casas del cura y que es el fruto de su amor a los pobres. Promovió la devoción a San Nicolás y en su tiempo, todos los lunes, muchas personas acudían a la ermita a pedir solución a sus angustias. Logró un solar para que en el futuro se construyeran unos locales parroquiales.

Celebración día de Sta. Teresa

En la Eucaristía, celebramos el quincuagésimo aniversario de la consagración de María José y el compromiso de Tina y Luci. Al finalizar, se inauguró el Centro de espiritualidad con la presencia de los que habían venido a la Misa, los voluntarios y algunos miembros del Koro de la Vega que nos ofrecieron unos momentos de oración con sus canciones.